Por Ada Landázury
Sí, ese es el color del Distrito. Aquí se apoya a los negocios de la economía naranja, se realizó la primera Ruta Naranja, se piensa en ‘naranja’, para impulsar a los emprendedores y reinventar el país.
El comienzo no fue fácil, pero al final lo conseguimos. Junto con Kelly Montoya logramos crear una empresa barranquillera que impulsa el desarrollo social, inclusivo y sostenible de las comunidades vulnerables y en alto riesgo. Lo anterior a través de la gestión de alternativas culturales, educativas y del empoderamiento. Nuestra mentalidad fue clave. Somos dos fundadoras valientes que sienten curiosidad por explorar nuevos caminos y asumir nuevos retos.
Así nació la Fundación Ludovica, una organización sin ánimo de lucro, creada en 2014, y que suma muchos logros en tan pocos años. Ha beneficiado a niños, niñas y jóvenes a través de su programa del uso del tiempo libre. Ha contribuido con centenares de mujeres y sobrevivientes del conflicto armado con su proyecto de empleabilidad y emprendimiento. A finales del año pasado beneficiamos a 18.500 personas vulnerables y en alto riesgo social en 15 municipios del Atlántico. Esas son las comunidades por las que trabajamos, las que más necesitan ayuda, las que están en la base de la pirámide social del país.
Uno de nuestros proyectos insignia es el de DiDiCu Toys, una marca de juguetes enfocada en el desarrollo de productos con diseño aplicado, contenido cultural y desarrollo artesanal. Con estas creaciones participamos en 2018 en el Mercado de Industrias Creativas de Brasil, donde se exponen emprendimientos de las industrias creativas, culturales y naranjas de toda Suramérica.
En el proceso productivo de los DiDiCu Toys hemos vinculado a 25 jóvenes de comunidades vulnerables, y a cinco mujeres artesanas y víctimas del conflicto armado, provenientes del municipio de Puerto Colombia y de Barranquilla.
El respaldo que hemos recibido del Distrito ha sido fundamental. El portafolio de estímulos de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo nos brindó el apoyo económico para fortalecer el proceso de diseño y de realización de prototipos de la primera colección de los DiDiCu Toys, y propició su llegada a los mercados internacionales.
Las ayudas del gobierno local han impulsado la economía naranja. Pero este respaldo no solo es monetario. Con él se han fortalecido y potenciado diversos procesos que se gestaban desde hace tiempo en las organizaciones creativas. Los estímulos te aseguran un mayor alcance y una mayor puesta en escena para llegar a la sociedad en general. Así se está fortaleciendo un ecosistema de emprendimiento y producción cultural en Barranquilla.